El cuerpo es un lugar de transformación porque es un espejo de nuestra biografía emocional y en él se queda estancada la energía de los impulsos que hemos retenido, las emociones que hemos controlado, los pensamientos repetitivos o las situaciones que hemos ido afrontado.
Las contracciones crónicas buscan suprimir algunas sensaciones, provocando dificultad para el movimiento, y hacen que esas zonas queden como muertas, generando perdida de vitalidad y espontaneidad porque la energía no fluye a través del cuerpo, y cada parte empieza a funcionar por separado en lugar de hacerlo como el sistema que es, cada parte forma parte de un engranaje, y cuando una de éstos se bloquea, hay un corte en el sistema.
Accediendo al cuerpo desde un abordaje terapéutico, bien sea desde el movimiento expresivo (Proceso Corporal Integrativo) o desde los movimientos más sutiles y conscientes (LK Movimiento Inteligente), se reconecta con la parte más esencial de la persona liberándola de algunos condicionamientos. El objetivo es acompañar a la persona a conocerse más a través de la autoconciencia a través del movimiento, invitándole a generar conciencia, autoescucha y autoridad interna y ayudándola a gestionar sus emociones.