Una terapia no verbal que nos permite acceder, desde lo simbólico y la metáfora, al inconsciente individual y colectivo de la persona.
«La caja es la nada, el vacío fértil donde todo es posible, un campo que se abona con cada figura que aparece en escena, creando un relato único sobre el aquí y ahora de la persona».
Es un modelo de psicoterapia no verbal ni racional que estimula la regresión creativa y, activa la predisposición natural del ser humano hacia la auto regulación organísmica y la individuación.
Mediante la imaginación y a la propia experiencia creativa la transformación psicológica ocurre gracias a que se abre un canal de comunicación con el mundo inconsciente, favoreciendo la expresión de asuntos emocionales no verbalizados ofreciendo un medio de expresión donde el juego es el lenguaje, las figuras son las palabras y las imágenes creadas representan los mundos internos y externos dentro de un espacio libre y protegido.
Es un espacio donde los asuntos reprimidos pueden emerger y ser revividos, así como expresar las emociones reprimidas/negadas implícitas, por lo que lo hace un medio adecuado para el trabajo con trauma.
Es efectiva para cualquiera, pero en especial para personas con dificultades de expresión de su mundo interno o para pacientes que caen en la verborrea o en defensas como la intelectualización o la racionalización.
Cuando las figuras son elegidas, se convierten en símbolos que expresan el lenguaje del inconsciente. Su uso permite que la mente inconsciente y la mente consciente proyecten múltiples significados.
Al acabar la creación en la arena se utiliza la terapia narrativa y otras técnicas creativas como complemento a la caja.