Acompañar a otras personas ha sido para mí uno de los caminos vitales con el que más me identifico. Más allá de mi formación como psicólogo, comencé a acompañar desde muy joven en el ámbito de la intervención social, como educador social y psicólogo, labor que continué con personas y grupos en consulta y formación durante estos últimos años. Esta presencia constante ha tenido que ver con una pregunta de fondo sobre el propio sentido y una búsqueda personal en la que me reconozco desde muy temprana edad. Con los años me doy cuenta de que sigo buscando y aprendiendo en este acompañar a otros y otras, mientras sobre todo aprendo a acompañarme y dejarme acompañar.

Mi capacitación como psicólogo y terapeuta ha sido un viaje construido a través de procesos, formaciones y sobre todo encuentros, vínculos, relaciones y vivencias. Más allá aprender teoría (que también), he necesitado hacer un recorrido vital para poder invitar y sostener el camino de acompañamiento a otras personas. Además de mi licenciatura y colegiatura como psicólogo (nºBI04365) (habilitado como psicólogo sanitario en 2014), he contado, como procesos más destacados, la formación en Terapia Gestalt, en terapias integrativas y eneagrama de la mano del programa SAT de Claudio Naranjo, en coaching ontológico (programa CDG) con Newfield Consulting, y en el mundo de la terapia sistémica y las constelaciones tanto familiares como organizacionales formándome con Jose Miguel Doniz (certificado como constelador por la Asociación Europea de Constelaciones Familiares y terapia sistémica) y con Emana (Programa de Intervenciones sistémicas y constelaciones organizacionales) y finalmente con la formación en dinámica de grupos con el Instituto de interacción.

Mi manera de entender el acompañamiento tiene que ver sobre todo con el generar un espacio en el que poder “dejarnos ser”, en el que aprender a escucharnos, en el que soltarnos para ir aprendiendo a sostenernos. Un espacio para aprender entre personas. Un espacio relacional en el que tratar de sanar relacionalmente lo que se rompió también en relación. Trabajo desde una mirada humanista con influencia de la terapia Gestalt que, junto con la mirada de las constelaciones y el Eneagrama, son para mí los marcos teóricos en los que me sitúo.