Cuando hablamos de la mirada sistémica estamos hablando de un abordaje terapéutico que implica un cambio de foco. Mientras que la mirada terapéutica tradicional con sus distintos enfoques se centra el trabajo con la persona. En su pasado, en su presente, en el desarrollo de sus habilidades, en su darse cuenta de cómo hace o deshace, y cómo puede ir responsabilizándose de este hacer y no hacer de una manera más adulta e integradora, sobre todo. La mirada sistémica cambia este foco hacia el sistema del que la persona forma parte. Su sistema familiar de origen, su sistema familiar actual, su sistema de trabajo, su sistema de pareja, su sistema en relación con sus hijos e hijas… Desde este enfoque lo central son las relaciones del sistema, su configuración, sus valores, tensiones, apriorismo, mandatos… Se trata de entender cómo de alguna manera estamos condicionados y configurados a partir de estos sistemas y como nuestras dificultades, síntomas, posicionamientos, tienen sentido en el marco de estos sistemas. Como en muchas ocasiones sirven para las lógicas del sistema incluso aquellos comportamientos o síntomas que nos dificultan o duelen en nuestra vida diaria.
Constelaciones
La mirada sistémica y las constelaciones.
En qué consiste
¿Qué sentido tiene por ejemplo el rol que desempeño en la vida desde la mirada del sistema al que pertenezco? ¿Hasta qué punto me he construido a partir de determinadas lealtades familiares? ¿Qué sentido tiene mi rebeldía desde una mirada al sistema en el que pertenezco? ¿Qué función cumple?
La mirada sistémica tiene varios abordajes y las constelaciones tanto familiares como organizacionales son una de las metodologías para trabajarla. Se trata es una metodología espacial en la que se representan los diferentes sistemas ya sea con papeles, sillas, figuras o, sobre todo, con cuerpos, con personas. A partir de esas representaciones se trataría de ir dándose cuenta de las inercias del sistema de sus equilibrios y desequilibrios y sobre todo de ir encontrando un mejor lugar. Se trata de un abordaje que incorpora la mirada los sentidos y el cuerpo. Y que por ello también se vincula con registros más inconscientes incluso también desde la mirada del inconsciente colectivo de los sistemas con los que trabajamos.