¿Cuándo dejaremos de atesorar nuestra vida debajo de la alfombra? La vida no se posee, se experimenta, se desmenuza, se juega, se abraza, se Vive!!!
Llegas a tu casa y hay tantas cosas en la entrada que apenas puedes abrir la puerta y pasar con lo que traes. Quieres guardar esos pedacitos de experiencias, pero los armarios están abarrotados de cosas que apenas utilizas, pero que no tiras por si acaso las necesitas algún día. Tu madre, tu padre, tu pareja te dijeron que eran importantes aunque en realidad a ti no te sirven para nada.
Vas a la sala y quieres sentarte en el sofá pero está lleno de migas y restos de comida, por lo que te sientes muy incómoda y te provoca picores pero ya te has acostumbrado a que tu cuerpo se queje y no hacerle caso. Sacudes de mala gana el sofá y vas a regañadientes a por la escoba, barres y ves entre la porquería algunos recuerdos, sensaciones,… que son importantes para ti pero justo en la tele algo llama tu atención, es el anuncio de un tupper ware último modelo, en vez de ir a por el recogedor o revisar lo que ha aparecido entre la porquería lo metes debajo de una alfombra cada vez más abultada.
Y así vamos pasando la vida, escondiendo la porquería y al mismo tiempo nuestros tesoros, guardando aquello que nos daña pero que creemos nos protegerá, enterrando cada parte de nosotras que no coincide con lo que nos contamos que somos. Atesorando dolores y asuntos pendientes sin dejar espacio para expandir nuestra conciencia y nuestra posibilidad de ser, sin definiciones que limitan y contaminan la atención en lo que hay.